Desbancar la propia web

Por descabellado que pueda parecer, desbancar la propia web de los primeros puestos de los resultados de los buscadores por iniciativa del propietario, aunque sin intención, es una práctica frecuente. Se pierde la posición en favor de portales con la temática del sitio y ocurre por ejemplo cuando, en el afán de aumentar en un determinado negocio el contacto de clientes, ya sea telefónico, vía e-mail o presencial, se da de alta la empresa, gratuitamente o no, con inclusión de enlace o no, en un directorio enfocado a la actividad de dicho negocio.

Por norma general, estos portales o directorios gozan de gran relevancia, o al menos mayor que la que puede tener la empresa o negocio en cuestión, pues se nutren a su vez de otras webs de la misma temática creadas en algunos casos con el objeto de enlazarlas y alimentar de esta manera su popularidad. A pesar de ser susceptibles de considerarse granjas de enlaces (y ser penalizadas por tanto), esta práctica parece seguir dando sus frutos, pues en realidad no difiere de la estrategia de los propios buscadores, líderes en popularidad y relevancia. Por ello es frecuente que, ante la búsqueda de una información presente tanto en estos directorios como en la web ‘oficial’ de la empresa, los buscadores listen primero a aquellos. Es decir, que la propia web habrá sido desplazada en los resultados de los buscadores por iniciativa propia.

La efectividad de la decisión de dar de alta la web en este tipo de portales, vendrá dada al cabo de unas semanas, quizá meses, cuando se compruebe si el volumen de negocio de la empresa ha aumentado, se ha mantenido o empieza a reducirse. No hay que olvidar que la web de la empresa ha podido ser desbancada de las posiciones que ocupaba en los resultados de los buscadores por bastantes páginas dependientes entre sí, y la información más accesible de la empresa puede no ser la deseada en cuanto al detalle de la misma o la calidad de los contenidos. Tampoco hay que olvidar que la empresa ya no estará mostrando sus productos en exclusiva, y tendrá que competir con el resto de negocios anunciados en el mismo momento.

Todo esto se puede comprender mejor llevando por ejemplo el análisis al ámbito del alojamiento (el tradicional, no el alojamiento web), es decir, cómo afecta esta práctica al posicionamiento de las webs de casas rurales, hostales, hoteles, etc. Al dar de alta el alojamiento en uno de estos portales, pagando o no, con o sin web enlazada, más que probablemente y debido a la mayor relevancia de éstos, se les estará dando preferencia para que sean listados por los buscadores antes que la propia web ante determinadas búsquedas. Así por ejemplo, puede ocurrir que tras dar de alta una casa rural en varios portales (que a su vez puede que publiquen la información en otras webs dependientes), la recurrida búsqueda ‘casa rural + localidad’ no muestre como resultado el sitio en cuestión hasta la tercera o cuarta página, aunque la localidad sea un pueblecito de veinte habitantes y la casa rural sea la única de la zona (esto puede ser también alimentado por las odiosas plantillas de algunos portales de alojamiento que condicionan a los buscadores a pesar de no tener asociada ninguna casa rural a dicha localidad). Si además no existe coincidencia entre el nombre del dominio y el del alojamiento (casa rural, hostal, etc.), ni siquiera en las búsquedas con el nombre del negocio aparecerá la web en las primeras posiciones.

Hemos llegado a un punto además, en que ni siquiera es necesario dar de alta la empresa para encontrar información sobre ella en la red. Sin saber a ciencia cierta el origen de la filtración de los datos, éstos aparecen misteriosamente publicados. Altas en listines telefónicos, publicaciones de la administración, de proveedores, gestorías o asesorías empresariales que analizan la competencia, portales temáticos surgidos tras recabar esta información… ¡Quién sabe! A día de hoy circulan por la red y por lo que no es la red infinidad de bases de datos con la información de las empresas. El caso es que esta circunstancia puede afectar, y no necesariamente de forma positiva, al esperado desarrollo de la actividad de la empresa, por lo que debe ser especialmente controlada por los propietarios del negocio.